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¿Podrán las tasas ganarle a la inflación?

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Uno de los puntos que se destacan en común de los anuncios que se hicieron esta semana con relación al principio de entendimiento técnico con el FMI es la necesidad de contar con tasas reales positivas. Si bien se trata de una definición clara, dada la multiplicidad de herramientas y enfoques disponibles, hasta que no esté la letra chica del acuerdo no se pueden conocer de manera cierta sus implicancias. El stock actual de Pasivos Remunerados implica un costo elevado en términos de emisión cada vez que sube la tasa. Dada esa limitación, ¿Qué margen hay para definir un sendero de tasas reales positivas?

Cuando se define la necesidad de contar con tasas reales positivas se abren inicialmente dos interrogantes:

  • ¿Con qué indicador de inflación se va a comparar?
  • ¿Cuál es la tasa de interés que se va a tomar como referencia?

Para responder a la primera pregunta es importante entender que la tasa de interés que se pacta hoy tendrá vigencia desde ese momento en adelante, por lo tanto, la inflación comparable tiene que ser la que se espera para el mismo plazo que se pactó la tasa de interés. Por ejemplo, para un depósito a plazo fijo a 30 días, la inflación relevante es la que se espera para esos mismos 30 días. Pero aquí surge una dificultad adicional, ese dato nunca se conoce, por lo tanto, se decide sobre la base de expectativas. Y la expectativa de inflación futura suele estar fuertemente sesgada por la historia reciente.

Imagen: Cuadro doble entrada - Inflación histórica vs expectativas

En la actualidad, las expectativas de inflación son mayores a la historia reciente. Además, tienen un sesgo con mayor ritmo en los próximos meses y desaceleración posterior. Esto lleva a pensar en tasas de corto plazo más altas y que luego podrían tener margen para ir descendiendo. De todas maneras, si se tuviera que definir un ritmo promedio, dadas las cifras expuestas, estaríamos pensando en niveles de inflación del orden del 3,7% mensual. Esto implica una inflación anual del 55%.

La definición de qué tasa utilizar también es importante, porque si bien mayoritariamente se habla de tasas pasivas (para depósitos), las alternativas o los inversores que pueden acceder a cada instrumento son diferentes.

  • Tasa de Política Monetaria: Es la tasa que define el BCRA para sus operaciones con las Entidades Financieras. El instrumento elegido como referente por el BCRA es la Leliq a 28 días, pero la tasa promedio que reciben los bancos por sus excedentes de liquidez es el promedio ponderado entre los 3 instrumentos disponibles: Pases a 1 día, Leliqs a 28 días y Leliqs a 180 días. La tasa de Leliqs a 28 días es de 40% (TEA 48,3%) y la Tasa Promedio de Política Monetaria (TPPM) es de 38,6% (TEA 46,2%).
  • Tasa Badlar Privada: Es la tasa que cobran los ahorristas por depósitos de más de un millón de pesos. Es la principal tasa de referencia de la economía, porque numerosos instrumentos de crédito ajustan según su evolución. Pueden acceder a esta tasa tanto individuos como empresas. La tasa Badlar hoy está en 37,5% (TEA 44,8%).
  • Instrumentos en Pesos del Tesoro: La referencia de corto plazo con las Letras a Tasa Fija, que hoy operan para el plazo entre 24 y 116 días a Tasas Efectivas Anuales (TEA) de entre 39,2% y 48,7%.
Imagen: Curva tasa fija pesos

Desde la perspectiva monetaria y cambiaria, lo ideal sería que todas las tasas mencionados sean positivas, pero la realidad muestra que todas las Tasas Efectivas analizadas son menores a la expectativa de inflación (55%).

Esto nos lleva a pensar en una pronta suba de tasas de interés pero, ¿qué tasas y cuanto pueden subir?

El primer punto a tener en cuenta es que la economía sigue operando bajo estrictos controles cambiarios y con un  nivel de crédito en relación al PBI del orden del 10%. Por lo tanto, las tasas son poco efectivas con respecto a la inflación, pero siguen teniendo incidencia en la demanda de dólares. Pueden coexistir bajo este esquema tasas reales negativas para los depositantes, siempre que le ganen a la expectativa de depreciación. En ese marco, la tasa Badlar podría ser levemente negativa en términos reales, siempre que existan alternativas reales positivas para los inversores más calificados y que eventualmente son los que mayor volumen operan en el mercado de cambios.

Eso implica que la tasa de política monetaria es la que debe acercarse a la inflación. Hoy está en 46,2%, versus una expectativa de inflación de 55%. Luce muy baja. El BCRA tiene como limitante el impacto monetario de esa tasa, dado que el devengamiento de intereses se convierte en emisión de pesos. Por lo tanto, esperamos una suba en las próximas 2/3 semanas, pero no creemos que llegue ya a ser positiva en términos reales.

Por último quedan las tasas del Tesoro, que dada la necesidad de financiamiento que tiene bajo el límite de asistencia que se estaría incluyendo dentro de las metas del acuerdo con el FMI, podría necesitar subirlas para incrementar la captación neta en el mercado de capitales local. Por ahora el Tesoro no parece dispuesto a convalidar mayores tasas y logra el roll over de su deuda y captación neta sin necesidad de convalidar mayores tasas. La presión sobre estos instrumentos aparecerá si se confirma la expectativa de aceleración inflacionaria que espera el mercado y si se empieza a reducir la liquidez en el marco de la menor emisión fiscal.

En síntesis, no resultará fácil lograr tasas reales positivas, porque pueden generar fuertes costos en términos de emisión monetaria y de financiamiento para el Tesoro. Pero creemos que el esfuerzo estará puesto en generar algunos instrumentos con rendimiento real positivo, aunque no lleguen a extenderse a todas las alternativas de inversión.

Siempre pensando que el equilibrio que se busca implica que el tipo de cambio se deprecia a un ritmo mayor que el actual, para no perder tipo de cambio real y que la tasa de interés necesita ubicarse como mínimo por arriba del ritmo de depreciación y que dificilmente supere al ritmo de inflación.

El stock de Pasivos Remunerados es el limitante, dado que crece vía devengamiento de intereses y por la nueva colocación. Por lo tanto, si la tasa es positiva en términos reales por una magnitud superior al crecimiento del PBI real, aumentará el peso de estos pasivos.  

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