Dado el actual escenario de paridades bajas de los bonos argentinos, es un buen momento para recomprar la deuda, pero claramente no es un tema urgente, porque los vencimientos caen mucho tiempo más adelante. Entonces, ¿cuál es la lógica de esta decisión del equipo económico?
La decisión de recomprar deuda es habitual.
Se suele realizar cuando el deudor tiene disponibilidad de fondos y sus títulos de deuda cotizan a precios por debajo de su valor nominal. De esa manera se ahorran fondos, porque se recompra a menor valor del que debería pagar al vencimiento y además se logra aumentar transitoriamente la demanda por esos títulos mejorando su cotización.
Por lo tanto, queda claro que es un buen momento dadas las paridades para recomprar la deuda, pero claramente no es un tema urgente, porque los vencimientos caen mucho tiempo más adelante.
¿Cuál es el beneficio de recomprar deuda?
El primero y principal es aumentar el atractivo de los instrumentos, que contará con mayor oferta y podrán reforzar su posicionamiento, mejorando las paridades.
La pregunta es si eso es necesario ahora, cuando todavía no se requiere acceder al mercado de capitales para renovar vencimientos. En definitiva, lo que se discute en primer lugar es el timming, puntualmente porque dada la buena dinámica reciente y la posibilidad de que una vez avanzado el proceso electoral siga mejorando, podía hacer ver como poco necesaria esa intervención.
¿Por qué el equipo económico decidió recomprar la deuda?
Entendemos que básicamente lo que hay detrás es una decisión de contener el nivel de la brecha cambiaria. ¿Cómo funciona? Al aparecer un comprador que está dispuesto a adquirir esos títulos de deuda cancelando con dólares, lo que hace es darle oferta a un mercado que en determinados períodos puede estar desabastecido y de esa manera quedar expuesto a subas aceleradas en el precio (tipo de cambio MEP o CCL). Este programa le da la libertad al BCRA de intervenir en ese mercado y contener la brecha.
Los datos de deuda confirman que hoy por hoy, los vencimientos en moneda extranjera no deberían ser una prioridad.
El ratio de endeudamiento a mercado (excluyendo BCRA, Organismos Internacionales y tenencias intra Sector Público) es muy bajo, apenas 24% del PBI. Este punto confirma que la deuda local no tiene un problema de sobre endeudamiento, sino de acceso al mercado de capitales para renovar su deuda.
Pero, así como los fundamentos de la deuda son buenos, el mercado cambiario se muestra muy complejo de cara a 2023. En especial porque la cosecha agrícola estaría perdiendo en el orden de u$s10.000 millones de valor total y podrían generar una merma de u$s8.000 millones anuales en la liquidación de divisas.
Es ahí donde surge la pregunta si es razonable asignar reservas a recompra de deuda cuando el frente cambiario se muestra claramente como más complejo.
Si bien hay algunos factores que ayudarán a contener la merma de ingresos por menores exportaciones, todavía es un gran desafío financiar esos u$s6.000 millones faltantes. A priori, u$s1.800 / 2.100 se podrían ahorrar por menor precio de gas y por exportaciones incrementales de otros productos energéticos.
El sector turismo (dólar Qatar y esquema para favorecer a turistas extranjeros podrían generar un ahorro promedio de u$s250 millones mensuales, lo que implicaría u$s3.000 millones menos en el año. Todavía faltan recuperar u$s3.000 millones adicionales, donde claramente la opción será seguir restringiendo el acceso a divisas para los importadores.
Llegado a este punto del análisis queda claro que la principal disyuntiva debe haber sido si aplicar esos fondos a la recompra de deuda, bajando la brecha y generando un ahorro fiscal o dejarle los dólares al BCRA para que libere mayor cantidad de divisas para el pago de importaciones.
El primer camino ayuda a lograr estabilidad monetaria y bajar la inflación, pero sacrifica nivel de importaciones (y eventualmente crecimiento económico).
El segundo, en cambio, solamente favorece el nivel de actividad y una parte de ese consumo podría implicar un mayor nivel de importaciones.
Está claro que el camino elegido ha sido el de bajar la brecha y de esa manera aportar al mayor desafío que es bajar el ritmo inflacionario. Justamente en las últimas semanas el tipo de cambio financiero (MEP & CCL) se habían mostrado con un fuerte ritmo de aumento y generaba el riesgo de sufrir mayores presiones inflacionarias, retornando a niveles de hace cuatro meses.
Economista jefe de MegaQM
Fuente: https://www.ambito.com/opiniones/ministerio-economia/que-hay-detras-la-jugada-massa-recomprar-deuda-dolares-n5633390