La deuda externa del sector privado es otro de los factores clave para entender la dinámica futura del mercado de cambios. Si bien por volumen es mucho más chica que la deuda del Tesoro, su perfil de vencimientos de capital e intereses son igualmente un factor de peso a la hora de determinar los niveles de demanda de divisas en el mercado único de cambios (MULC). Es más, en momentos en que dicho mercado se encontraba fuera de equilibrio (III-20), el BCRA decidió restringir estos pagos, obligando a la refinanciación de estos pasivos. Por eso, resulta importante entender qué ha pasado con los flujos de pagos luego de esas medidas y con el stock de deuda de las empresas.
Las estadísticas de Deuda Externa Privada se publican recién a los 4 meses de cerrado un trimestre, por eso en la actualidad contamos con la información a junio de 2021. Esos datos muestran que entre fines del III-20 cuando entraron en vigor las normativas del BCRA que obligaban a la refinanciación de vencimientos y II-21, el stock total de Deuda Externa Privada creció USD 1.365 millones (+1,7% en 9 meses).
Este crecimiento acotado se produjo en paralelo con un cambio gradual en la estructura de esos pasivos. Subió significativamente la deuda comercial y se redujo la deuda financiera.
Si analizamos la estructura del financiamiento podemos destacar algunos aspectos que hacen a la estructura de la deuda y al perfil de vencimientos.
- Magnitud de la Deuda: El total de USD 80.237 millones equivale a 21,8% del PBI. Es decir que duplica al stock de crédito en pesos del sistema financiero local (individuos + empresas).
- Tipo de Acreedor: El 42% de la Deuda Externa Privada es con acreedores vinculados. Eso implica que las mismas casas matrices de las empresas en el exterior son las que han financiado esas operaciones. Eso permite un grado mayor de flexibilidad al momento de refinanciar los compromisos.
- Perfil de Vencimientos: Apenas el 30% de los pasivos son a más de un año con acreedores no vinculados. Esto equivale a USD 24.080 millones.
- Estructura de la Deuda: El 47,5% de la deuda es comercial y el 52,5% responde a operaciones financieras. Los Pasivos estructurados como títulos (ONs) equivalen a 19,5% del total de la deuda y el 32,6% responde a Préstamos Financieros.
El financiamiento comercial acompañó durante el primer semestre, impulsado esencialmente por un mayor volumen de operaciones. En total se recibió crédito comercial (Exportaciones + Importaciones) por USD 3.800 millones netos. Pero entre julio y septiembre, se revirtió ese proceso, habiéndose cancelado USD 3.150 millones. Esto implica que cuando se publiquen los datos del III trimestre, el crédito comercial se habrá revertido, acompañando la tendencia de menor endeudamiento global del sector privado con el exterior.
En octubre y noviembre se está manteniendo esta tendencia, explicada mayoritariamente por la incertidumbre que genera el aumento del dólar financiero, el proceso electoral y las definiciones pendientes en la negociación con el FMI.
A la reversión del financiamiento comercial, en estas dos semanas seguramente se sume la retención de liquidación de exportadores, que buscarán aprovechar al máximo el plazo legal que tienen estipulado para liquidar las divisas. Estas cifras confirman que este tipo de financiamiento es la principal fuente de crédito para las empresas que operan en el mercado local, con una alta relevancia del financiamiento acordado con empresas vinculadas o casas matrices. Por eso es importante que este canal se mantenga abierto, a pesar del impacto negativo de algo más de USD 400 millones mensuales que se generó por este concepto en el mercado cambiario durante los primeros 9 meses del año. Es un flujo chico con relación a la relevancia que adquiere este canal como fuente de financiamiento cuando se logran alinear expectativas. Decisiones de corto plazo que limitan el acceso al mercado cambiario para canalizar este tipo de operaciones, pueden implicar costos muy altos de largo plazo si se cierran estos canales de financiamiento.