Un año que se divide en dos etapas
La economía empieza a entrar en modo electoral. Eso implica un esfuerzo particular por generar condiciones favorables para el consumo interno y evitar cualquier fenómeno disruptivo. Los esfuerzos estarán puestos en aumentar el ingreso disponible, contener suba de precios, administrar la depreciación cambiaria y avanzar con políticas fiscales expansivas, ya sea vía subsidios u obra pública.
¿Qué esperamos para los próximos meses?
- Entendemos que están dadas las condiciones para un proceso electoral con menores inestabilidades que en otros años. El alto nivel de precios de granos ha generado un factor fuertemente estabilizar para el mercado cambiario y para las finanzas públicas. Existen factores que pueden amortiguar a los principales shocks negativos que pudieran producirse:
- BCRA acumulando reservas y habiendo liberando su posición de futuros tiene margen para intervenir. Además al haber liberado pagos de importaciones, ante falta de divisas, queda todavía ese grifo por cerrar.
- La principal incertidumbre seguirá estando en la evolución de los indicadores sanitarios. En lo económico como evolucionan los controles de precios, aumentos de gasto público con permanencia en el tiempo, aumentos salariales forzados y comportamiento de los depósitos a plazo fijo.
- Vemos postergadas las eventuales decisiones necesarias para corregir los desequilibrios planteados. Esto implica que no se supone hasta después de noviembre un acuerdo de Largo Plazo con FMI ni Club de Paris.
