Varios años después de que el último zar de Rusia fuera depuesto por los bolcheviques, los bonos de deuda que había emitido un estado que ya no existía, todavía cotizaban. Las deudas se terminaron de cancelar por la Unión Soviética. Con este breve ejemplo, el economista Ricardo Arriazu suele graficar sobre la importancia que tiene para los países mantener el crédito abierto. Muy distinto de la historia de la Argentina, plagada de defaults, incumplimientos, reprogramaciones, planes bonex y pesificaciones asimétricas, etc.
La verdad es que con esos antecedentes, para los inversores y las empresas es casi imposible creer en algo o en alguien. Por eso, en un contexto en el que se van complicando diariamente las variables macroeconómicas, todas las opciones están abiertas para los próximos meses en las perspectivas de los mercados. Y, en función de ello, las opciones para defender el valor del capital también tienen que estar abiertas a la diversificación de carteras.
«Tenemos un año y medio para aguantar. En algún momento la gente dirá: ‘Está barato, seguramente va a haber un cambio’ y ese será el momento para empezar a pensar cómo cambio mi portafolios», explicó Arriazu en una charla con inversores organizada por el fondo MegaQM.
El economista planteó una diversidad de escenarios ante el temor que vienen mostrando los diferentes inversores sobre la capacidad del Gobierno de poder honrar los compromisos en pesos. En ese sentido, el ministro de Economía, Martín Guzmán, trató esta semana de convencer a los bancos. Trascendió que los desalentó a invertir en las Leliqs del Banco Central. Completó un canje de letras que le permitió reducir vencimientos del próximo 30 de junio en unos $360.000 millones, sobre unos $600.000 millones que vencían originalmente.
Deuda en pesos: tres caminos para Guzmán
Arriazu considera que a Guzmán lo quedan tres alternativas: «Convence a los inversores que lo refinancien, o al vencimiento emite, o le dice al que le vencía que ahora tiene otro vencimiento», asegura. Pero de ellos tres, el analista considera que Guzmán en caso extremo va a optar finalmente por emitir para cumplir, en caso de que no logre revertir la situación de desconfianza.
Y en ese sentido, advierte que si el Banco Central tiene que salir a auxiliar al Tesoro, va a emitir pesos, «algo que la gente no quiere tener». «La plata, finalmente, va a terminar en el sistema financiero, porque no puede desaparecer. Pero, previamente, va a dar una vuelta por el mercado paralelo y ahí aumentará la brecha». Por eso, considera que «lo que la gente va a terminar haciendo es una mezcla, un poco de dólar link, un poco de jugarle al paralelo en el corto plazo, otro poco de depósito y un poco de bonos indexados». Todo ello, en el marco de un futuro imprevisible, por lo menos desde las perspectivas del mercado.
Porque, en rigor, Arriazu ni siquiera piensa en que durante un eventual cambio de Gobierno pueda haber un reperfilamiento. Ocurre que de acuerdo a sus estimaciones, la deuda en pesos de la Argentina es del orden del 20% del PBI, algo que podría manejar «dando las señales y tomando las medidas adecuadas». Incluso, dice que aquellos que se «asustan» por una potencial reforma monetaria futura no tendrían fundamento. «En Argentina, eso es imposible hoy, porque no hay reservas y no hay confianza», remarcó.
El economista subrayó que «el problema argentino no es el tamaño de la deuda ni los vencimientos, sino que nadie nos quiere renovar«. Y agregó: «Si tengo un vencimiento de 1 dólar y no tengo reservas y nadie me lo quiere renovar, tengo un problema. Mucha gente habla del problema de las Leliqs, pero eso no me preocupa. Lo que me preocupa es la deuda indexada, porque no se puede licuar».
Los bancos, expuestos al riesgo BCRA y Tesoro
Según señala la consultora Quantum, del economista Daniel Marx, una de las cuestiones que surge es si los bancos están dispuestos a aumentar su exposición al riesgo del Tesoro o si, para evitarlo, reducirían la tasa de las colocaciones a plazo fijo de los ahorristas no minoristas.
«Al 30 de marzo pasado, la tenencia de los bancos de títulos del Tesoro representaba 16% del activo consolidado, equivalente a 4% del PBI. En tanto, la exposición a títulos de BCRA era 26% (6,5% del PBI). Es decir, si bien los bancos tienen una baja exposición a riesgo del Tesoro y su liquidez sigue siendo elevada, su comportamiento no diferirá del resto de los tenedores de títulos en ARS», advierte Quantum. La consultora señala en ese sentido que «es importante que se logre reducir la incertidumbre actual respecto del riesgo de reperfilamiento de la deuda en ARS para que decidan aumentar su exposición al riesgo del Tesoro».
Una vuelta por el dólar paralelo
La suba del dólar blue al récord de $232 se explica, como dijo Arriazu, en esa idea de los inversores de darse «una vuelta por el paralelo» antes de volver a los instrumentos en moneda local.
Se trata de una consecuencia de las operaciones del Banco Central para sostener el valor de los bonos indexados. Entre el 9 de junio y el 16 del mismo mes la base monetaria se expandió $115.000 millones. La estimación de Quantum dice que eso se debió a haber asistido al Tesoro en $117.000 millones y a la compra de títulos del Tesoro en pesos por $289.000 millones, equivalente a 7,6% de la base monetaria. Gran parte de la expansión se contrarrestó con el aumento de la deuda del BCRA en Leliqs y Notaliqs, pero una parte fue al mercado.
Fuente: https://www.iprofesional.com/finanzas/364760-deuda-en-pesos-como-impacto-en-el-precio-del-dolar-blue