Uno de los desequilibrios permanentes de la economía se centra en la situación fiscal. Y desde mediados de año el gobierno se ha enfocado, sin cambios estructurales, a disminuir ese desequilibrio. Veamos sus tendencias y las posibilidades de que ello perdure en el tiempo.
Esta mejora en las cuentas fiscales tiene sus beneficios en varios frentes: Por una parte disminuye las necesidades de financiamiento del Tesoro que mes a mes debe cubrir el desequilibrio primario más los vencimientos de su deuda en pesos. Especialmente cuando en los últimos meses le ha sido dificultoso hacer que el sector privado se sienta atraído por las colocaciones en instrumentos del Tesoro. De allí este comportamiento fiscal disminuye la potencial asistencia del BCRA al Tesoro haciendo más manejable y prudente a la política monetaria. Finalmente, una tendencia descendente del déficit fiscal permite mantener vivo el acuerdo con el FMI que es actualmente una condición necesaria, no suficiente, para mantener las expectativas bajo control.
Los gastos interanuales crecieron en noviembre 77,9%, los ingresos tributarios 83,4% en el marco de una inflación del 92,4%. El esfuerzo principal se está viendo en la disminución de los gastos en términos reales que lleva 5 meses consecutivos, en noviembre esa reducción fue del 7,5%.
Luego del fuerte aumento del gasto en el último trimestre del 2021, este año empezó en niveles más bajos, pero con un comportamiento nuevamente alcista. El cambio se produjo a partir de julio que entró en su actual tendencia descendente. En octubre/noviembre el gasto nominal mensual creció a una tasa promedio del 2,8% frente a una inflación promedio mensual del 5,7%. Es decir que el gasto nominal sigue creciendo pero por debajo claramente de la tasa de inflación. El único tipo de gasto que en algunos meses registra caídas nominales es el de subsidios económicos ya por ajuste de tarifas como por demoras en los desembolsos a los distintos organismos.
La caída del gasto real está siendo muy generalizada, disminuyen los distintos tipos de gastos con la excepción del gasto en inversión, que también se ha moderado en los últimos meses.
En el último bimestre la caída real más importante se da en los gastos en subsidios económicos y transferencias a provincias que están bajando a un ritmo del 25/30% y representan casi el 20% del gasto total. También con disminuciones están los rubros de mayor importancia – prestaciones sociales y salarios – que caen entre 7/15% real interanual pero representan el 70% del total del gasto.
De acá en adelante se pueden mencionar varios temas:
- El cumplimiento de la meta fiscal 2022: El déficit acumulado de los primeros 11 meses alcanza al 1,7% del PBI. Para cumplir la meta anual comprometida con el FMI el desequilibrio de diciembre no debería superar los $ 600.000 millones. Si se mantiene la tendencia del gasto real de los últimos 5 meses con la ayuda adicional del aumento de los ingresos por retenciones por el “dólar soja II” esa meta se debería cumplir.
- El ajuste por licuación será transitorio: Las prestaciones sociales tienen un esquema de ajuste trimestral que cuando se acelera la inflación y los ingresos la acompañan, determina una licuación del gasto. En la porción que toma en cuenta los recursos de Anses, esa fórmula hace que el aumento sea el promedio de los últimos 12 meses y no el último trimestre cuando se aceleró la inflación. En consecuencia, en el mes de marzo se perdería ese efecto positivo en el gasto por la aceleración inflacionaria. Además, si continúa la desaceleración inflacionaria el esfuerzo en el resto de los gastos – provincias, inversión pública, etc. – deberá ser mayor.
- El eje de la política monetaria: Por supuesto que la dinámica del desequilibrio fiscal seguirá siendo muy relevante para la política monetaria. Ese déficit mensual está en valores promedio de $ 200.000 millones por mes. Pero de mantenerse las tendencias recientes del gasto los desafíos de la política monetaria en los próximos meses van a venir más de los resultados en el manejo de la deuda pública en pesos que tendrá vencimientos mensuales en el próximo trimestre que superan $ 1,2 billones por mes.