Alberto Fernández retoma hoy jueves sus actividades oficiales en Buenos Aires, después del viaje de una semana que lo llevó a Rusia, China y Barbados. Lo esperan jornadas con definiciones que, sin duda, marcarán a fuego el perfil del segundo tiempo de su mandato presidencial, rumbo a diciembre de 2023.
Los próximos 20 días serán, justamente, decisivos: el Presidente irá por el cierre de las negociaciones con el Fondo Monetario, que implicarán ajustes en las tarifas de los servicios públicos y modificaciones en el mercado monetario y cambiario.
Fernández quiere tener listo el acuerdo antes de que termine el mes, y así tener una especie de relanzamiento de su administración el próximo 1° de marzo, cuando inaugure las sesiones ordinarias en el Congreso.
El Presidente y su ministro Guzmán definirán en las próximas horas la segmentación de tarifas de luz y gas para los usuarios del área metropolitana (ciudad de Buenos Aires y conurbano bonaerense).
También habrá un traspaso de 32 líneas de colectivos que circulan por la ciudad de Buenos Aires y que significa un volumen de subsidios de $13.000 millones que pone la Nación. Esa decisión podría desembocar en un incremento en el costo de los viajes para los pasajeros.
El ministro de Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, ya advirtió que la determinación de la Casa Rosada tendrá consecuencias inmediatas. «Hay una decisión del Gobierno que tendrá que ver con los números que no le cierran, con los requerimientos del FMI quizás, y decide aumentar tarifas y quitar subsidios», dijo Macri apenas se enteró de la cuestión.
Junto con el tema tarifas, lo que también se definirá es el ajuste de las tasas de interés: hay un compromiso con el FMI para que el costo del dinero se mueva por encima de la inflación. La duda es la magnitud. Y eso es lo que, precisamente, tendrán que definir Guzmán, Miguel Pesce y el Presidente.
El Gobierno se juega a que estás «malas noticias» para el bolsillo de la población se conviertan en el mal trago necesario para cumplir con el Fondo y eso se convierta en una señal de estabilización de la economía.
Sin un acuerdo con el FMI, el mercado cambiario perdería toda referencia. En el sentido contrario, la apuesta de la Casa Rosada es que, tras el acuerdo, ya no queden dudas de que en la Argentina habrá dólares para evitar una devaluación y asegurar la recuperación económica.
Por eso, creen en Economía, es muy relevante la definición del recorte de los subsidios económicos. Se sabe: Guzmán cree que el perfil fiscal es clave para la estabilización buscada.
Los subsidios al sector energético quedaron en el centro del debate público: terminaron el año pasado en torno al 2,5% del PIB, que si se les añade lo que se destina al transporte trepan al 3,1%.
De hecho, la cuenta de los subsidios económicos fue el renglón dentro del gasto público que más creció el año pasado en términos reales (más de 30 puntos por encima de la inflación). No es poca cosa, en un año en que el Gobierno bajó el déficit fiscal del 6,5% de 2020 al 3% en 2021.
Eso sí, el ministro ya sabe que tiene un claro límite político para avanzar.
Según trascendió en las últimas semanas, el ENRE -que está manejado por funcionarios del kirchnerismo- hizo un informe por el cual menos de medio millón de usuarios de la ciudad de Buenos Aires perderían todos los subsidios. Se trata de uno de cada diez hogares. A los que se sumarían menos de 115.000 en el conurbano bonaerense, todos usuarios de barrios privados y de partes de municipios del corredor norte.
Para el resto habría incrementos iniciales de entre 17% y 20% antes de que termine el primer trimestre.
La gran pregunta es cómo será el resto de la segmentación a lo largo del año teniendo en cuenta que se espera una inflación parecida a la del año pasado, que superó el 51%.
Hoy por hoy, los clientes abonan el 35% de las facturas «reales» de luz y gas. El resto lo pone el Estado a través de los subsidios.
La número uno del FMI, Kristalina Georgieva, hizo una declaración especial sobre el tema subsidios, que da cuenta de la preocupación y relieve que el organismo le da a este tema.
«Los subsidios son bastante generosos, y no sólo para los pobres de Argentina», manifestó Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, antes del fin de semana, dando cuenta de la áspera negociación con las autoridades del Palacio de Hacienda.
«Nuestro equipo está muy enfocado en obtener lo mejor para el país, con el país», apuntó. «¿Cuál es la alternativa? La alternativa es nada», completó la jefa del Fondo.
La flamante número dos del FMI, Gita Gopinath, también hizo referencia al acuerdo con la Argentina, y en particular a los subsidios energéticos. «Será importante una estrategia para reducir los subsidios a la energía de manera progresiva», dijo.
Queda claro que el tema es medular en la negociación.
Como ya publicó iProfesional, el FMI pretende que la tasa de interés sea tal que empuje a una reducción de la brecha cambiaria. Ese sería el test «ácido»: a cambio de que no hubiera una devaluación del dólar oficial, el Fondo piensa que debería ceder las cotizaciones de los dólares alternativos.
«La tasa de política monetaria es la que debe acercarse a la inflación. Hoy está en 46,2%, versus una expectativa de inflación de 55%. Luce muy baja», asegura un informe elaborado por los economistas de Quinquela Fondos de Inversión.
Ya con el Presidente en el país y con el próximo vencimiento impagable con el FMI como límite en el calendario (22 de marzo), lo único que queda es acelerar el paso rumbo al acuerdo definitivo con el organismo. Hacia allí se moverá la administración.
Fuente: https://www.iprofesional.com/economia/357184-cuales-son-las-medidas-de-alto-impacto-que-prepara-el-gobierno