Se conoció el dato de inflación de agosto, con un aumento promedio de precios minoristas del 7%. Esta cifra estuvo apenas por debajo del dato de julio y por arriba de lo que esperaba el mercado. En las últimas semanas el REM ha reflejado un aumento en las expectativas de inflación tanto para los próximos meses como para el año próximo.
La inflación en Argentina es un fenómeno multicausal, esto quedó claro en los dos últimos meses, cuando se combinaron factores que llevaron el ritmo de aumento de precios por arriba del 7% mensual.
Primero fue el salto de la brecha cambiaria, luego fue el aumento de tarifas y posteriormente la aceleración del ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial. Estos procesos se sumaron a una política fiscal y monetaria que en los primeros meses del año habían sido expansivas.
Tratar de entender las causas detrás de esta dinámica nos puede ayudar a comprender cuál puede ser la evolución a futuro del nivel de precios.
Ritmo Inflacionario arriba del 100%
El primer paso del análisis es entender cuál es la dinámica actual de inflación. Los últimos 3 meses ya muestran un ritmo anualizado del 114%, que restringido a la inflación núcleo (sin tarifas ni estacionales) baja solamente al 111%. Esto implica que la inflación estructural de la economía local viene corriendo claramente a tres dígitos.
Los precios estacionales son los que mayor impulso están generando, donde se destaca un comportamiento que excede al ajuste propio de la estacionalidad. Al analizar la variación de los últimos 12 meses, donde la estacionalidad no debería tener ningún rol, vemos que han aumentado a razón 1,4 veces lo que subieron el resto de los precios.
Dentro de los productos estacionales se destaca la fruta y verdura, el turismo y una parte de la indumentaria. Este último rubro es justamente uno de los de mayor incremento en los últimos 2,5 años.
De cara a septiembre y octubre, los rubros estacionales pueden seguir siendo un problema, porque la distribución histórica muestra que son dos de los meses con mayor peso de estos rubros, algo que no se esperaba para agosto, ya que habitualmente crecían en ese mes por debajo de la inflación general.
El peso de la Política Fiscal y Monetaria
Los datos analizados muestran un ritmo inflacionario elevado, pero resta identificar los factores que están detrás de estos aumentos.
En los primeros meses del año el impulso estuvo dado por los efectos de los precios de commodities, que se aceleraron producto del conflicto bélico en Europa. Pero aquel efecto se concentró en esa primera parte del año.
En el segundo trimestre empezó un proceso de reacomodamiento de precios relativos y sobre el cierre del trimestre un aumento de la cantidad de pesos y una suba más acelerada del dólar financiero (Brecha).
En julio se profundizó el problema del dólar financiero y se sintió de manera directa el efecto de la obligación de financiar importaciones. El resultado fue el nivel más alto de inflación en el año.
De agosto en adelante, bajó la presión de la brecha cambiaria, pero se retomó el proceso de reajuste de precios relativos.
Los datos acumulados desde el inicio de la pandemia muestran que los salarios y el tipo de cambio han quedado rezagados. En cambio, la masa monetaria (cantidad de pesos totales de la economía = M3), el gasto primario, y los precios de commodities agropecuarios han evolucionado claramente por arriba de esos valores.
Esto confirma que todavía queda un largo proceso para poder eliminar estos desequilibrios y poder pensar en niveles de inflación más bajos.
Expectativas para los próximos meses
El análisis realizado nos permite definir un escenario base para los próximos meses. Los datos de agosto dejan un arrastre estadístico de 2,4 puntos para septiembre. Dado que se esperan pocos cambios en el ritmo inflacionario por la aceleración del tipo de cambio, por el recupero de salarios, por la necesidad de corregir precios relativos y por una nueva inyección de pesos en la masa monetaria, esperamos que la inflación estructural se mantenga alta.
En ese marco, nuestra expectativa para septiembre la estamos corrigiendo hacia un valor del 6,4% mensual. Esta cifra, junto a meses siguientes donde difícilmente se logre bajar del 6% mensual, nos dejaría una inflación para el año del 99%.