El BCRA lleva dos semanas sin tener que vender divisas en el mercado cambiario oficial (MULC), aunque en ese mismo período no ha logrado acumular reservas a un ritmo que le permita consolidar su posición. Esta etapa del año se caracteriza por una menor oferta estacional de dólares del sector agropecuario, generando un stress mayor. Si bien ya estarían bajando los requerimientos de dólares para pagar importaciones de gas, lograr el equilibrio de corto plazo sigue siendo un desafío. En el medio se discuten diferentes tipos de medidas, quedando claro que, en términos de tipo de cambio, las expectativas de modificaciones juegan en contra de la liquidación actual.
Termina agosto y el BCRA logró acumular en el año compras de divisas por USD 45 millones. En 2021 a esta altura del año llevaba comprados USD 7.200 millones. En 2020, año de pandemia y en pleno proceso de reestructuración de pasivos en dólares, las ventas fueron mayores que ahora (USD -2.100 millones).
La estacionalidad habitual de la liquidación del sector agropecuario mostraba que en el segundo trimestre se producía una acumulación de reservas que le permitía al BCRA encarar la segunda parte del año de menor liquidación con un mayor stock de reservas.
La realidad es que hoy está muy lejos de cumplir la meta acordada con el FMI (acumulación de reservas netas USD 5.800 millones en el año).
Los datos a julio y la proyección de agosto confirman que el desafío en términos de reservas sigue siendo muy complejo. Por ahora seguimos viendo:
- Baja Liquidación de Exportaciones: En cereales por estacionalidad deberían haberse liquidado u$s 400/500 millones más. El total liquidado se podría considerar bueno en el marco de la incertidumbre cambiaria vigente durante la mayor parte de julio, a la espera de definiciones que aplicarían particularmente para el sector agropecuario.
- Pagos altos y estables de importaciones: Que se estabilizaron en u$s 6.500 millones, un año atrás eran u$s 5.700 millones, ahora con importaciones de combustibles que subieron en volumen y precio y que en estos meses de alta estacionalidad por el invierno están superando los u$s 2.000 millones por mes.
- Buen financiamiento obligado de importaciones: En el marco de las normativas vigentes desde junio, el nivel de financiamiento mensual de importaciones por 6 meses se ubica en u$s 1.600/1.700 millones, unos u$s 800/900 millones adicionales a lo que era habitual antes de aquellas nuevas normas.
- Alta demanda por Turismo y cancelación de deuda privada: Con un gasto en turismo que llegó en julio a u$s 750 millones (un año atrás era u$s 195 millones y en enero ’22 (con vacaciones) de u$s 410 millones). La cancelación de deuda fue de u$s 455 millones, en el promedio mensual del primer semestre.
Teniendo en cuenta esta dinámica reciente y la manera en que juegan los factores estacionales, en los próximos meses deberíamos ver una desaceleración en los pagos de importaciones de energía y un bache en la liquidación de divisas del agro.
Es decir, que para septiembre deberíamos esperar por estacionalidad unos u$s 500 millones menos de demanda de dólares por una mayor caída de importaciones de combustibles con relación a la disminución estacional de las exportaciones de cereales. En octubre ya serían unos u$s 1.000 millones menos con relación al mes de agosto.
A esta mejora habría que agregar el efecto de los cambios que se impongan para el ”dólar soja”. Estimamos que el efecto incertidumbre reciente hizo demorar exportaciones por unos u$s 1.200 millones en los últimos 90 días. Un esquema atractivo para la soja podría atraer a la liquidación de una buena parte de lo retenido. La oferta adicional para septiembre (más cereales y menos combustibles) podría rondar los u$s 1.500/2.000 millones.
Este enfoque permite aclarar el panorama de corto plazo, pero debemos recordar que para fin de año se deben afrontar los pagos por importaciones que se fueron financiando a 180 días. Para ese entonces, el BCRA necesita contar con un colchón de reservas que le permita afrontar otra etapa que estacionalmente es compleja. En especial mientras la demanda estructural de divisas siga tan elevada.