La demanda por dolarización de carteras fue en aumento en las últimas semanas. Eso había generado un aumento de la brecha cambiaria y una necesidad de mayor intervención del BCRA a través de la venta de bonos en dólares para contener ese proceso. Esa estrategia no lucía sostenible, porque llegó a requerir de ventas por más de USD 400 millones en julio. Por eso el BCRA impuso nuevas restricciones para las operaciones cambiarias buscando atenuar el volumen operado y en consecuencia la necesidad de intervención.
Los primeros 6 meses le sirvieron al BCRA para aprovechar el aumento estacional de la oferta de dólares y acumular reservas. Adicionalmente esta semana ingresaron USD 4.350 millones de Derechos Especiales de Giro del FMI (DEGs). Estos fondos, que recibe el Tesoro, pero quedan depositados en el BCRA aumentando el nivel de reservas, sirven para poder hacer frente a los vencimientos de deuda sin necesidad de afectar las reservas netas (libre disponibilidad) del BCRA.
Pero, aún sabiendo que el nivel de reservas se iba a ver favorecido por el ingreso de los DEGs, la autoridad monetaria no consideró sostenible seguir vendiendo más de USD 400 millones mensuales (ritmo de USD 20 millones diarios) para sostener el nivel de Brecha. Si tenemos en cuenta que faltaban 3 meses y medio para las elecciones, eso implicaba sacrificar aproximadamente USD 1.400 millones de las reservas netas, considerando que desde el 30 de junio al 23 de agosto ya se sacrificaron casi USD 900 millones de reservas Netas por intervenciones y pagos de deuda. El saldo de Reservas Netas a fin de agosto es de USD 5.250 millones.
Esa es la capacidad de intervención que le queda al BCRA, con una salvedad importante, ya no necesita esas reservas netas para hacer frente a los vencimientos de deuda del Tesoro con los diferentes Organismos Internacionales, ya que para eso se pueden aplicar los DEGs.
En ese marco, la decisión fue clara, evitar riesgos innecesarios de perder reservas o de que se produzca una escalada del dólar financiero que pueda generar impacto sobre precios o sobre la liquidación de divisas en el mercado cambiario.
Por eso se acotaron las operaciones de compra venta de dólares a través del mercado de capitales a aquellos sujetos (jurídicos o físicos) que dispongan de cuentas en moneda extranjera (local o exterior). Esta medida acotó el volumen de operaciones, porque restringió a algunos operadores que no contaban en especial con cuentas en el exterior o genera la necesidad de pasar los fondos por cuentas propias, acotando la cantidad de operaciones que se pueden hacer. Antes se operaba a través de cuentas comitentes y se podían realizar varias operaciones por mes sin retirar el dinero de esas cuentas.
El efecto sobre el mercado fue inmediato, bajó el volumen operado de bonos y el BCRA logró atenuar su ritmo de intervenciones, manteniéndose el precio del dólar MEP y CCL.
Los datos semanales de agosto confirman esta tendencia. En primer lugar, bajó el volumen operado en el mercado de bonos y en simultaneo bajó la intervención del BCRA, ya en los últimos días, post nuevas medidas, el volumen empezó a recuperarse y el ritmo de intervenciones siguió cayendo. Es decir que el BCRA logró cumplir su objetivo.
El análisis de lo sucedido en las últimas semanas nos deja varias conclusiones relevantes de cara a las próximas semanas y al impacto del proceso electoral.
En primer lugar, que la decisión oficial es tomar rápidamente las medidas que sean necesarias para contener cualquier proceso de dolarización de carteras que pueda impactar en el nivel de brecha y generar impacto negativo en la economía.
Que para eso cuenta con un nivel de reservas que se favoreció de las compras del primer semestre y además está dispuesto a tomar todas las medidas regulatorias que considere necesario.
Esto nos lleva a pensar en un proceso electoral más tranquilo que en otras oportunidades, inclusive a pesar de una presión por dolarización de carteras que empezó bien temprano.
Los interrogantes seguirán estando en el post elecciones, motivo por el cual los inversores toman las coberturas. Está claro que la decisión oficial seguirá siendo mantener los controles actuales y evitar cualquier ajuste discreto del tipo de cambio oficial, pero para eso sigue siendo clave contener los desequilibrios que pueden presionar sobre el tipo de cambio, esencialmente la emisión de pesos para asistir al Tesoro.
El otro factor relevante es la necesidad de lograr un acuerdo con el FMI lo más rápido posible, para evitar tener que seguir pagando vencimientos con DEGs y su impacto negativo sobre las Reservas del BCRA.